(En memoria de todas las víctimas que dieron su vida por la libertad asesinadas por los terroristas de ETA. A todas las familias que siguen llorando sus pérdidas. A la sociedad que no olvida ni perdona)
De los caídos
en defensa de la libertad
nadie habla,
el silencio abre paso
a sus sombras
heladas de vil indiferencia;
en sus cunas, solo amor,
en sus muertes, dignas y leales
hasta el último aliento,
odios de ciegos de ira,
algunos, de poder,
otros, blancos impolutos,
inventando infames sonrisas
de estremecedora complicidad.
De los caídos,
de los valientes,
y callados,
de los que miraban
a los cielos buscando abrigo
ya nadie habla;
no importan sus historias,
ni sus dolores, ni su sangre,
ni sus penas, ni sus silencios,
tampoco,
las lágrimas de sus amores.
Dejaron de importar,
ya no están,
los asesinaron ayer,
matando su memoria hoy
con balas de indignidad.
Con su muerte,
los héroes caídos,
quizá sin saberlo,
abrieron caminos de esperanza;
dejando la muerte
pintada de sangre inocente,
volviendo a la vida
en su mejor esencia.
La muerte, voz del asesino,
no pudo con la vida eterna
de aquellos caídos,
héroes para todos los «siempres»
-que dijo aquel niño-,
de todas las libertades.
©Jpellicer
(2407268888469 –Todos los derechos reservados)
Muchas gracias Juan Antonio por tu lucha contra el olvido, contra la amnesia inducida por el gobierno de la nación, amén de los gobiernos autonómicos regionales vasco y navarro; en todos ellos impera la traición a lo más sagrado. Los tres son remedos de Esaú y Judas Iscariote vendidos a intereses espureos, canallas y bastardos.
Muchas gracias Francisco Javier. Por la vida que dieron por nuestra libertad y nuestra democracia, no debemos olvidar ni olvidarlos. Un abrazo fuerte.