Nada más grande que el silencio,
más profundo que el alma,
ni sentido que el aroma
de cada día;
en este umbral de colores,
paleta de voces desconocidas,
queda el anhelo vestido de ilusiones
abrazado a la callada oración
del no creyente en la impuesta verdad.
Nada más grande que la voz callada
que, sin hablar, muere de amor;
nada más sincero
que el abrazo soñado
en la inesperada despedida
que se hace grande
y eterna en el tiempo.
Somos grandes,
en la pequeñez del instante,
en lo sutil de la mirada,
en la noche estrellada;
grandes en la esquina de la duda
que forja el espíritu
en talla de armonía y luz.
¿Ves?,
somos lo que siempre fuimos
en la noche de aquel día
donde también nos soñaron.
©Jpellicer
dondetambiénnossoñaron©2504111427544
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Preciosos, sublimes y profundos versos; que conectan el alma con este instante, en este tiempo y el espacio: para llevarnos a volar y pasarnos dónde deseamos estar.
Muchas gracias Amansia por hacerte eco de ellos dejándote llevar entre sus pliegues que quizá sean nuestros silencios. Un abrazo desde el Mar Menor de España.
La grandeza en los pequeños actos y en la verdad del y sus sentimientos reflejados en este bello poema.
Hermoso !!!