El existencialismo se explica, como una correspondencia filosófica o fenómeno sociológico, en el que se cuestiona la filosofía de la existencia. En ella se intenta captar el problema ontológico del individuo y la preocupación del hombre por su existencia.
Según Guillermo de Torres, el existencialismo es una tendencia filosófica que se desarrolla a partir de la decadencia que surge en Europa al concluir las guerras. Además, las dictaduras que aparecen luego de las guerras en Europa, que destruyen y retardan el orden.
El movimiento existencialista es el periodo en que se mezclan, la etapa de revalorización de la vida, en las primeras décadas del siglo XX. Trata de un momento de crisis para el hombre y los problemas que acarrean las guerras mundiales. Las cuales promueven a un cuestionamiento de la univocidad de la razón y del ser, en conexión a la pugna filosófica que se desarrolló a principios de la primera década de siglo. Entre los que se encontraban, algunos de los seguidores optimistas del programa tecnológico y aquellos que consideraban prudencia y pesimismo. Esta corriente filosófica, discute y propone soluciones a los problemas inherentes a la condición humana, como los son; el dilema de la Guerra, el tema del tiempo y la libertad. Ya sea esta física o metafísica, la relación de Dios-hombre, el ateísmo y la naturaleza del hombre.
El existencialismo encuentra su antecedente más significativo en el filósofo danés Soren Kierkegaard (1813-1855), reconocido como el “padre del existencialismo,” quien influyó en el filósofo francés Jean Paul Sartre. Esta corriente se extendió y su popularidad creció después de los problemas morales y éticos que trajo la segunda Guerra Mundial. Terminó en formarse el llamado irracionalismo filosófico, formado por pensadores y novelistas como; Jean Paul Sartre, Albert Camus, y el alemán Martin Heidegger.
La característica más importante es la atención que presta a la existencia concreta individual del hombre, por tanto, rechaza la especulación abstracta y universal. Se han considerado precursores del existencialismo. Ya para el siglo XIX, al ruso Fedor Dostoivski y los alemanes Schopenhauer, Max Stirner y Nietzsche.
Aunque la palabra existencialismo no había sido acuñada en su época, el pesimismo y los rasgos del movimiento son características de sus obras. Es un movimiento altamente consciente, a rebelión existencial es impotente y desesperanzada. Crea personajes subhumanos herederos de Dostoievski esclavos de su condición. Solitarios, desesperanzados, agotados.
El romanticismo en contacto con los poetas infernales, que se estaban formando. Baudelaire, “Las flores del mal”, “Los cantos del Mardorat” de Lautreamont. El rebelde existencial es un neo-romántico furioso contra la existencia avergonzado de su condición humana sublevado contra sí mismo.
Soren Kierkegaard es quien abre la primera brecha, se negaba a ser un filosofo de una doctrina determinista. Para él, tanto la desesperación como la angustia, son necesarias en el hombre pues representan el camino para la fe y la salvación. Éste, se inclina hacia una filosofía que se preocupa por la subjetividad, que equivale a la realidad y a la verdad, la filosofía existencial de Heidegger, Karl Jaspers y el existencialismo de Sartre y Camus.
El existencialismo se vincula al expresionismo, aunque la angustia existencial está más relacionada con la desesperación como la entiende Kierkegaard en su “Tratado de la desesperación”. El rebelde existencial es un neorromántico, contra la existencia, avergonzado frente a su condición humana. En la filosofía del Tratado de la desesperación, la desesperación es demoníaca, expresa la amargura de querer ser en oposición a las coacciones. Kierkegaard plantea, que la angustia surge en el individuo como consecuencia de su pecado, pero la noción de pecado es inmanente pues todo individuo se torna culpable. En el existencialismo kierkegaaliano, el hombre no es él por sí mismo, y su salvación está en desconfiar, desesperarse por completo y entregarse en las manos de Dios hasta el absurdo.
De otra parte, Gabriel Marcel en “Homo Viator” define la existencia como un viaje del cual se pierde la conciencia. “El tiempo perdido” de Marcel Proust se le aparece a éste, como una forma de obsesión en el camino recorrido y de los que les acompañan en el viaje. Entendido, el sujeto puro como fuera de la experiencia concreta. Se plantea como un viaje del alma, en el cual existe la esperanza de continuar la existencia.
En el existencialismo de Sartre, el ser humano debe hacer una elección y ser responsable de esa elección. “El nihilismo” de Sartre, niega la existencia de toda base para el conocimiento. Según Martin Esslin, Sartre no pertenece al Teatro del Absurdo, pero fue sin dudas una de las bases para su desarrollo junto con Albert Camus, Antonin Artaud, Bertold Brecht y Luiggi Pirandello.
Sartre se ocupa de tres aspectos de la existencia humana; enajenación, soledad, libertad y responsabilidad. Para él, cada hombre vive dentro de su propio mundo y realmente nunca puede comunicarse con otros mundos. No obstante, su conciencia constituye su libertad y esta libertad le permite elegir. Al hacer una elección, el hombre existe y por tanto se crea así mismo. Sartre afirma que la verdad y la acción que conlleva a la libertad de acción o libre albedrío. Dependen de la subjetividad o de que la existencia precede a la esencia. Se trata de la eliminación de Dios y de la definición de que el ser humano, visto como el único capaz de hacerse a si mismo por lo cual debe asumir su responsabilidad.
El existencialismo suele declarar que el hombre es angustia. En “El ser y la nada”, Sartre señala que el ser humano es un proyecto que vive subjetivamente sobre la base del encuentro, con la angustia del contacto con el mundo, con la nada. En esta obra Sartre plantea, que la esencialidad de la existencia se adquiere con la conciencia de la muerte.
La propuesta que plantea Albert Camus en “El mito de Sísifo” consiste, en que la solución ante la perdida de sentido de la vida impulsa al suicido. Esta desvaloración es la que produce la situación del absurdo, en el cual se privilegia el suicidio como una conclusión a los problemas del hombre frente a la soledad o la alienación.
“En El mito de Sísifo”, Albert Camus destaca el vínculo entre lo absurdo y el suicidio. Señala que el origen de la desesperación, que aboca al ser humano hacia el suicidio, no tiene que ver con la sociedad, sino con la pugna individual. Para él, la gente se suicida por reflexión. El suicidio implica confesar que no se comprende el sentido de la vida y que por lo tanto no se merece vivirla. El suicidio es una solución ante el absurdo.
Señala Camus que quienes se suicidan son aquellos que suelen estar seguros del sentido de la vida. Además, esta propuesta del suicidio de Camus y su relación con el absurdo, vinculados a la filosofía existencial que desarrolla Soren Kierkergaard sobre la base de una preocupación religiosa por el espíritu y por el yo.
Bibliografía.
Camus, Albert. El mito de Sísifo.
Kierkegaard, Soren. Tratado de la desesperanza.
Marcel, Gabriel. Homo Viator.
Sartre, Jean Paul. El ser y la nada.
Doris Melo
Lic.Psicología Clínica. Dra. Filosofia. Escritora, Poeta
(Puerto Rico)
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