Tratar de explicar el por qué lo escritores escriben, es sin lugar a dudas un cuestionamiento importante, develar aquello que alberga su discurso donde muchas veces parece que se trata de dos territorios completamente diferentes abordando las locuras y desde luego las pasiones humanas. Gracias a la labor del escritor nos podemos dar cuenta de los enigmas humanos en sus pasiones, a qué se refiere con esto, probablemente a los objetos melancólicos que fueron parte de su historia que han marcado su existir y su forma extraordinaria de volcar sus traumas es mediante la escritura.
Como lo menciona la autora Lola López (2018)
No creo que haga falta a estas alturas demostrar que la expresión creativa tiene beneficios en la subjetividad de quien la realiza. He dedicado dos libros a explicarlo desde el psicoanálisis, así como a insistir en el hilo conductor que, desde Aristóteles hasta nuestros días, vincula la creatividad con la herida y la melancolía. (p. 15)
Algunos autores tienen la virtud de su éxito en el empeño de recrearse a sí mismos, creando conciencia de su propia necesidad articulada con el deseo de convertirse en sujetos diferentes.
Con frecuencia los temas relacionados con la literatura y el psicoanálisis pueden resultar un tanto complejos, difíciles a la hora de explicar, la importancia de dar a conocer los alcances que puede tener en nuestra sociedad, lo relevante de la investigación, sin embargo, un precedente ante tal situación es Freud y donde él mismo tenía la creencia de que la literatura y el psicoanálisis eran líneas de pensamiento separadas pero con puntos de intersección, como lo es el desvelamiento de los enigmas de la condición humana, Revista virtualia (1999).
En su texto de Freud y la literatura, el autor Carlos Gustavo Motta (2016) hace un énfasis al mencionar:
Los historiales freudianos son verdaderas obras de literatura, no solo transmiten los detalles de los signos y rasgos de una estructura psíquica, sino que nos permiten aún hoy comprender las reacciones frente a la angustia (p. 2)
Respecto a lo citado por el autor Carlos Gustavo Motta, resulta interesante la contextualización que requiere dicho tema, una vez más dicho que la creación literaria puede ser esclarecida en estrecha relación con la actividad fantasmática y con la formación de síntomas, una cuestión por demás interesante donde nos permite dar a conocer todo aquello que puede albergar el alma humana, la función autor busca llevarnos a conocer un poco más la estructura psíquica del sujeto.
Un tema que lleva implícito un arduo trabajo, primero en no ceder la palabra y seguir luchando hasta el final, luchar hasta lograr ver este proyecto solidificado, el cual comenzó a florecer en la esencia de fomentar pasión por las letras, a esa generación de niños y jóvenes inmersos en un mundo cada día más efímero.
Encontrar en la creación el fundamento del discurso de los hombres que se sienten incompletos. Una idealidad no muy lejana es promover la importancia de la escritura entre nuestros jóvenes, entre nuestros niños; fomentar de manera significativa la importancia de los beneficios que se pueden obtener en el psiquismo de los mismos.
Para definir la función autor la escritora Lola López Mondéjar (2019) nos dice
La especialización en la investidura de sus propias producciones que efectúan los creadores, produce efectos que palían el sufrimiento producido por el trauma y por la inestabilidad que este produce. A estos efectos benéficos que aporta la creación de una obra le hemos llamado función autor1 (s/p)
Función autor.- Es la necesidad de crear, el sujeto es capaz de expresarse en una ambivalencia entre su obra y la existencia del discurso, gracias al inconsciente.
Un tema interesante a desarrollar, conocer las causas y todo aquello que conlleva situaciones traumáticas vividas por el sujeto, al crear escapa de identificaciones imaginarias, gracias a la producción artística su búsqueda parece estable al convertirse en un sujeto distinto a cuando nació, entonces cuando se insiste en ser autor se cree que está demasiado marcado por la huella de lo traumático.
Para Lola López (2009), esa función captura los fragmentos de un yo disperso inestable y lo dota de una cierta identidad funcional y consoladora una identidad textual que suple las fallas de la identidad subjetiva. Una identidad subjetiva construida a partir de esos fragmentos que, a modo de segunda piel, permite el contacto con el mundo.
Gracias a la sublimación, la parte creativa en el sujeto logrará encontrar el cauce en el desbordamiento de sus síntomas, en aquello que aqueja la parte más afectada de su psiquismo, tener certeza de que la función autor ayuda a visualizar de otra forma al creador, tendrá un nuevo nacimiento psíquico. La función autor tiene la capacidad de hacer que el sujeto creador construya una nueva piel, esa piel que ahora está tatuada de letras, es darle nuevamente reconocimiento y ¿porque no?, el narcisismo dañado también juega un papel importante.
Es relevante mencionar que, a través de ciertos hechos artísticos en este caso, específicamente, la función autor nos habla de la escritura, se abre una posibilidad cierta de sentirse en la ganancia de placer, producto de un proceso sublimatorio, dentro de las estructuras en las que como ya lo he mencionado con anterioridad sufrieron traumatismos que conforman grietas muy tempranas, entonces ciertos actos creativos serían posibles de producir enlaces eficaces en aquellos que es necesario sublimar de acuerdo a la palabra.
Resulta más aceptable aplicar el arte al psicoanálisis y no al contrario el psicoanálisis al arte, mediante la sublimación puede dar materia para comprender mejor la teoría psicoanalítica, la cual obtiene un nuevo lugar psíquico no solo como destino pulsional, sino más bien como desplazamiento de la relación con el objeto, donde el objeto creado sustituye las investiduras del yo.
Para conocer más acerca del concepto de sublimación citare a Freud donde nos dice:
La pulsión sexual mejor dicho: las pulsiones sexuales, pues una indagación analítica enseña que está compuesta por muchas pulsiones parciales es probablemente de más vigorosa plasmación en el hombre que en la mayoría de los animales superiores. A esta facultad de permutar la meta sexual originaria por otra, ya no sexual, pero psíquicamente emparentada con ella, se le llama la facultad para la sublimación (p.168)
De acuerdo a lo anterior, gracias a la sublimación el sujeto logra afrontar episodios traumáticos que a lo largo de su existencia han marcado sus días, una manera de llevar a cabo este proceso sublimatorio puede ser a través del arte en todas sus contextualizaciones, es darle salida a la pulsión, esta investigación lleva un enfoque literario.
Entonces es bien sabido que la función autor conlleva implícita una gama de matices que entretejen historias, Foucault (1969) afirma:
La regularidad de la escritura se experimenta siempre del lado de sus límites; siempre está en proceso de transgresión y de inversión de esta regularidad que acepta y con la que juega, la escritura se despliega como un juego que infaliblemente más allá de sus reglas, y de este modo pasa al afuera. (p.8)
De acuerdo a lo que nos dice Foucault, la función autor definitivamente es la categorización de un discurso, discurso dicho por el autor que a la vez es dividido o atravesado por la persona real y por el autor ficticio el que nos lleva a vivir la obra escrita por el mismo, donde deja entrever los signos de su individualidad, ante la ausencia que caracteriza la singularidad del sujeto.
*La escisión del sujeto ante la pérdida:
Existe un parentesco entre la escritura y muerte, nos habla de ese goce que puede experimentar el sujeto al momento de plasmar las vivencias, hablar de su historia es quizá la parte más emblemática del inconsciente, el autor nos ayuda a tener un poco más de claridad respecto al papel que desempeña el mismo, las reglas son bajo el estatuto de su acertado juego para inmortalizar como se creía anteriormente, sin embargo ahora se establece la creencia de que existe un grado de sacrificio por parte del autor, donde elimina su individualidad para lograr su obra, tiene un discurso.
El autor o quizá en este caso específicamente la función autor en el sujeto es sumamente importante, es tener un nombre propio, encontrar una similitud entre la obra del autor y hacer hincapié en las estructura de la misma, me refiero a que el análisis se llega a dar en lo escrito por el autor, queda plasmada aquí la singularidad del mismo.
Encuentro bastante similitud en vincular este tema de investigación con los aportes de Lacan, dentro del psicoanálisis el autor hace énfasis a tres registros como lo es lo simbólico, el imaginario y el real que determinan el desarrollo del infante.
Dentro del estadio del espejo es donde podemos darnos cuenta cómo es que se estructura estos registros donde se origina una serie de proyecciones del yo las cuales se hacen presente a lo largo de la vida.
Lacan (1953) afirma:
La reversibilidad misma de los trastornos neuróticos implica que la economía de las satisfacciones que estaban allí implicada fuesen de otro orden, e infinitamente menos ligadas a unos ritmos orgánicos fijos. Es justamente la que estoy calificando “lo imaginario”, si queremos reconocer en ello todas las implicaciones que le convienen. (p.6)
El imago es una proyección imaginaria, es una dinámica donde emerge el ego especular, un ego distinto a otro de lo que es, la relación con el otro es primordial aun cuando el otro sea solo una imagen en el espejo.
Entonces, ¿cuál sería la similitud entre lo imaginario que nos habla Lacan y la función autor que es el título principal de este ensayo? Definitivamente, es como se origina la realidad en el sujeto, donde el yo se consolida gracias al otro, el comportamiento buscan de cierta forma identificaciones con su semejante, entonces la función autor del sujeto nos dice la gran relación existente entre aquel que escribe plasmando imagos que solo el inconsciente trata de estructurarlo, gracias a la escritura específicamente se puede conocer aquello que permanece en el registro imaginario del mismo sujeto, representando un significado que lo signifique y puedo dejarlo huella gracias a las letra.
Lacan (1953) hace mención de otro registro el cual es lo simbólico, donde nos hace participes de la siguiente afirmación.
Desde que se trata de lo simbólico, es decir, aquello en lo que el sujeto se compromete en una relación propiamente humana, desde que se trata del registro del “yo”, aquello en lo que el sujeto se compromete en “yo quiero”…”yo amo” hay siempre algo hablando literalmente problemático. (P.20)
En este registro comienza la estructura del sujeto, lleva al mismo a tener una búsqueda incansable de objeto posibilita las normas del deseo, cualquier satisfacción es temporal, es la dimensión de la falta, este registro se da más en un entorno cultural, es el orden del lenguaje.
Se manifiesta el deseo en forma de discurso, es aquí donde la función autor puede tener una estrecha relación entre lo simbólico que representa al sujeto y el lenguaje en forma de discurso del autor, quizá se vea reflejada en el inconsciente del escritor, alberga el objeto del deseo en la forma más sutil de la escritura, una forma emblemática de darle la connotación de deseo del otro, puede ser una forma de ocultar lo que representó en su registro ser el objeto de deseo de su propia madre.
Dentro del registro de lo real Lacan (1953) afirma:
Volver a llevar a lo real la expresión analítica, es siempre en aquellos que no tienen este registro, que la desarrollan bajo este registro, es siempre correlativa. (p.22)
Es todo aquello que ha quedado fuera del registro de la palabra, del registro de la imago, es una realidad o mejor dicho es lo real. Puede darse en el registro sin explicación, es donde la función autor, encuentra su manera de sublimar por medio de este registro, aquello que de cierta manera puede implicar un poco de muerte, puede presentarse en forma subjetiva en el escritor, es una forma de representar aquello que ha quedado fuera de sus huellas mnémicas.
A manera de conclusión dentro de este trabajo, se ha analizado el proceso o mejor dicho el impacto que llega a tener la función autor en los sujetos, los cuales llegan a experimentar la ambivalencia en su discurso, encontrando su inspiración, su motivación en algunos hechos que pueden considerarse traumáticos en el psiquismo del autor.
Nadie puede ser autor sin entregar un poco de su vida, llevar la muerte impregnada en cada letra, buscar incansablemente sentido a su existencia, plasmando de manera literata aquello que fue objeto de deseo en su inconsciente.
Judith Almonte Reyes.
Escritora, Académica, Lic. En Psicología.
México.
Muy interesante ensayo de mi paisana Judith Almonte que va, para explicar la creación literaria desde Freud a Lacan, pasando por Foucault; muy digno estudios y reluciente claridad de la autora.