Ver el alma del que habla
imponiendo resignación
como sabia
forma de estar;
entrar en su negrura,
en la perversión
de su esencia,
en la miscelánea
de su podrido
y vendido universo
es otra recompensa
de inteligente serenidad.
Hallar en la amargura de los días
más motivos
para la esperanza,
más razones
para insistir
en la grandeza
del preciado mármol
del que fuimos creados.
Ver el alma del que habla
retorcido de miseria
en su propia sonrisa,
es el canto de Verdi
sintiéndonos “… volar
con alas doradas”;
el infinito clamor
que traspasa lo imaginable
en la denuncia
de la continua ofensa.
Ver el alma del que habla
bañado en la humillación,
será inspiración,
-justa inspiración-,
para liberar los campos
de tierras quemadas
los del cuerpo…
y también los del alma.
©Jpellicer
“… Volar con alas doradas”2207181597208©
Incluido en el libro “22. (versos contra la ofensa y la humillación)”
Gracias Juan por este poema tan interesante. Habla del alma , algo que nos conduce a la reflexión, sensibilidad, Saludos
Muchas gracias, por hacerte eco de estos versos. Celebro hayan sido de tu agrado. Saludos