Marchar lejos
con aquietados pies
avanzando entre la duda
del silencio que no cesa,
entre el grito
unánime de soledad
en la desconocida esquina
de ningún lugar.
Marchar lejos
sin llegar nunca
a ver ningún final
en el ignorado camino
de lágrimas construido;
de amores esquivos
entre huérfanos besos
de calor y ternura
dibujados de indiferencia.
Marchar, alejarse,
no estar en el instante
del Yo más grande …
más vivo,
del Yo más cercano …
de este ahora.
No mirar atrás,
dejarse llevar
abrazado a la eterna duda de la vida
en la certeza de un mañana
donde quizá …
veamos.
donde quizá …
entendamos.
©Jpellicer
(2410279935312©D.R.)
Es un poema que me transmite incertidumbre. Es propio de los tiempos que vivimos
Muy bueno
Amalia
Muchas gracias Amalia por hacerte eco de estos versos, que como bien dices, es propio -hijo diría yo- de los tiempos que vivimos.
Saludos desde el Mar Menor de España.